TRÍPOLI. Una multitud enfurecida atacó ayer las embajadas de Italia y Gran Bretaña en la capital libia, horas después de que Moamar Gadafi saliera ileso de un bombardeo de la OTAN que habría matado a su segundo hijo más joven y a tres de sus nietos.
Rusia acusó a la alianza occidental de exceder con ese ataque el mandato de las Naciones Unidas para proteger a los civiles libios.
Las embajadas estaban vacías y nadie resultó herido, pero los ataques aumentaron la tensión entre el régimen libio y las potencias occidentales, lo que llevó a la ONU a retirar a su personal internacional de Trípoli.
Mientras, las tropas de Muamar al Gadafi lanzaron un violento ataque contra la ciudad de Misrata, concentrado especialmente en la zona del puerto, según confirmó a EFE Yalal al Galal, portavoz de la dirección de los insurgentes en Bengasi. Según Al Galal, las fuerzas gubernamentales bombardeaban desde la tarde de ayer el puerto de la tercera ciudad de Libia con cohetes y misiles de largo alcance. AGENCIAS.