Por Cesar Gutiérrez, El 4to. Poder
Estos “colegas”, si se les puede llamar así, no aterrizan
en su rol de responsables de direcciones de relaciones públicas, prensa y
publicidad de las instituciones gubernamentales, más bien, están dilatados en
el tiempo y, más que cumplir el rol de formar la imagen de una organización
para construir la marca, difundir sus actividades, proyectar sus metas y
minimizan el efecto de la publicidad negativa, malgastan su tiempo en
discusiones estériles, fruto del resentimiento político que genera malestares
innecesarios a sus incumbieres.
A diferencia de algunos pocos directores de relaciones
públicas, prensa y publicidad de Valverde, que hacen de su cargo una
oportunidad de relacionar, proyectar y mantener la buena imagen de sus
instituciones, la mayoría de estos realizan una labor chapucera, propia de la cháchara
periodística que invade este oficio en nuestros días.
Demás está decir que, en la mayoría de los
pronunciamientos de los principales directores de las direcciones de prensa de
las instituciones oficiales de esta provincia, se nota discordia y falta de sintonización
con los postulados del gobierno, fruto de que, los perremeista desde el
gobierno, al parecer no pueden esconder el revanchismo político interno del
partido oficial, donde las políticas de gobierno fluyen en ambas direcciones y
con propósitos distintos entre grupos de poder.
Escudarse en descalificativos a todo el que ose criticar
al gobierno, en acusaciones infundadas de la supuesta lucha anticorrupción, de más
añeja, aquilatada en el tiempo y con un componente de salpica global en ámbito político,
empresarial, de comunicación y hasta religioso, no es lo más recomendable, ni dará
los frutos esperados por los directores de las dependencias gubernamentales de
Valverde.
Ojala, estos amigos, despierten en su letargo y se
encaminen en dar respuestas a las expectativas creadas en la campaña electoral pasada,
defender la poca o mucha cosa que estén haciendo sus “jefes” y, dejar que la
prensa y el pueblo, realicen su labor en la libertad que consagran la ley y la constitución
dominicana. Lo demás es cosa del tiempo, al que apelamos en la democracia que
esperamos seguir construyendo.