martes, 14 de marzo de 2017

Las ONG, la conspiración en los casos de migración

Acto para demócratas, progresistas y socialistas de América Latina Su contenido puede ser letal para lacayos, mediocres y blandengues, vende patrias y turveros.

Pirámides de acciones de los EE.UU. y sus aliados, para acabar con los gobiernos democráticos de América Latina y el Caribe, usando como chivos expiatorios a agencias de comunicaciones,  periodistas, partidos emergentes, pseudo revolucionarios y las ONGs.


En la República Dominicana, el tema migratorio, reviste una importancia capital, ya que es de orden de seguridad nacional. No es de fobia ni del patriotismo histórico, se trata de convivir con una situación, que durante largos años, ha creado una etnia interna, agravada con el apoyo decidido y costeado, por las naciones de Francia, Canadá y Estados Unidos y con un componente español.

Estos países, conocidos en esta isla, como el protectorado haitiano, financian y desarrollan en esta, actividades tendentes a forzar que los dominicanos, aceptemos a los haitianos como acto un de humanidad y han gastado una millonada de dólares, que bien pudo de haber sido dirigido a un proyecto de acompañamiento y de sostenibilidad integrado, hubiera resuelto el problema haitiano, que no es más que el atraso mental de una sociedad condicionada a la limosna y la vagancia.

Un poco de haitianismo dominicano

El haitiano ha experimentado cambios importantes en su conducta ante los dominicanos. Antes nos veían como una oportunidad de trabajo y de comida, nos saludaba como vecinos, nos pedían trabajo, mostraban humildad y eran serviciales, si les dábamos cobija, regularmente, en las fincas nuestras, en las tardes ayudaban a los capataces, cocineros o relacionados de los predios agrícolas a cargar agua, leña o a hacer labores propias de quienes le albergaron, sin pedir más recompensa que estar en el lugar que le albergó y servía de posada. Recuerdo también que eran los que trabajaban mas barato entrando en competencia con la mano de obra dominicana, lo que generaba, comentarios negativos y hasta pleitos entre ambos, eran los últimos que salían de las brigadas a la hora en que los capataces, les daban la autorización y cuidaban de hacer el trabajo, en la con la calidad solicitada.

Esto ha cambiado vertiginosamente, el haitiano de hoy que viene al País, antes de realizar cualquier actividad productiva, primero se asegura de un buen precio, es muy cuidadoso en quien le va a pagar, cuanto, cuando y donde. En vez de vecino nos dicen chulo, salen más temprano que todo el mundo, no están nunca conforme con lo que se le dice en el trabajo, no hacen nada de manera voluntaria a nadie y realizan la labor de menos calidad.

Apoyo de la comunidad internacional

La  comunidad internacional poco ha hecho para ayudar a Haití los haitianos están viviendo en una serie de dramas complejos, repartidos en fincas dominicanas, en ciudades, comunidades y en complejos turísticos, donde ejercen, desde trabajos forzados, hasta labores de indigencia, delincuencia y todo cuanto hace un ser humano, para sobre vivir. La comunidad internacional que va a Haití a reclamar elecciones pero no invierte, como si su problema se tratara de unas elecciones” sino lograr que el vecino país rescate su economía e institucionalidad. “La mayoría de las donaciones se están yendo a ONG, por eso el presidente Martelly se quejaba de que no estaba recibiendo apoyo como Estado”.

El haitiano que vive en la República Dominicana, regularmente, está ocupado en alguna labor productiva, muy diferente a su País, donde la mayoría están esperando las donaciones internacionales y no emprenden proyectos de desarrollo, sus tierras además de haberlas depredado, las tienen en su mayoría, baldías, no hacen presas a los ríos y no traspalan la experiencia dominicana. Se acostumbraron a lo fácil y la comunidad internacional los ha ayudado a vivir en la miseria. Algunas Ong. extranjeras, más que ayudar a Haití, vienen con grupos de jóvenes a hacer alguna labor de convivencia y terminan atraídos por la tés del haitiano.

Los pronósticos siguen colocando a Haití en desventaja cuando de posibilidades de desarrollo se trata. Una situación que bien justificará la salida de sus ciudadanos y que podría disminuir si la comunidad internacional se involucra en la consolidación de la economía y la institucionalidad haitiana.

“¿Qué podemos esperar de una población que necesita sobrevivir? Seguirá migrando. El proceso migratorio continuará agravándose y seguirá siendo un desafío para nosotros y para la región, eso no va ver quien lo pare (éxodo haitiano) y vamos a tener que poner especial atención al problema, porque seremos los más afectados”.

“Estamos frente a una situación dramática y tiene que producirse una intervención solidaria porque de no ser así, se estaría atentando contra la estabilidad social de la isla y se estaría contribuyendo a repercusiones graves”, el Estado dominicano está en el deber de hacer un ejercicio de solidaridad, porque mientras el proyecto haitiano no se estabilice, el dominicano estará amenazado. “Tenemos que ser solidarios, pero al mismo tiempo demandando que no nos dejen solos”.

La mayoría de las Ong. viven del drama haitiano, actuaron y actúan contra el Plan de Regularización, lo consideran nocivo a sus intereses, pues si desaparece la ilegalidad y se regula la estadía de los haitianos en el País, los organismos de cooperación, recortarían sus cuotas a esas Ongs.

Para la Dirección General de Migración, el eco del supuesto “fracaso” que ha rodeado el Plan Nacional de Regularización de Extranjeros tiene culpables y una justificación: las ONG que se dedican a conseguir “fondos para sobrevivir del drama ajeno”.

Entienden que  esas entidades que no han invertido un peso y tildan al Plan de Regularización de fracaso.

“Quienes hablan de fracaso son, en primer lugar, las ONG que viven (no todas), del drama ajeno. Después que el Plan lleva seis meses ahora, las vemos sacando la cabeza y diciendo que el Plan es un fracaso. Pero tienen más de seis meses calladitas, sin invertir un peso para ayudar a los ciudadanos haitianos a buscar documentos”, dijo José Ricardo Taveras.

La doble moral del empresariado dominicano

Con raras excepciones, la mayoría de empresarios dominicanos, expresan una doble moral en el caso de los emigrantes haitianos, pues mientras se muestran públicamente de acuerdo con la regularización, de manera desleal y anti patriótica han aceptado sobornos disfrazados de donaciones caritativas ofrecidas por los Ong. de cooperación internacional a empresas bananeras, para programas de mejoría de las condiciones de vida de los haitianos en la República Dominicana. Se han opuesto a las multas a empresas que violes el plazo otorgado por la ley y el reglamento de regularización.

Una vez finalizado el proceso de legalización de los extranjeros, la Dirección General de Migración tiene la prioridad de multar a las empresas, antes que iniciar con las deportaciones. Las multas tendrán un monto de RD$50 a RD$300 mil.

El origen de la situación migratoria

Se trata de un problema con más de 130 años que tiene su origen en la llegada de extranjeros para trabajar en la industria azucarera y que, por primera vez, se está enfrentando de forma seria.

Existen instrumentos bilaterales entre ambos estados que obligan a los hijos de haitianos a registrase en la Dirección General de Migración y en el consulado de Haití, es decir, un obvio reconocimiento de que se trataba de un ciudadano haitiano. “En general esos nacimientos no se declararon y por eso tenemos el origen del drama humano… Las sociedad dominicana ha enfrentado a un problema de 135 años. Estamos hablando de un estatus que vienen arrastrando personas desde hace cuatro, cinco generaciones”.

“El Plan ha puesto al desnudo una verdad y es la incapacidad de una nación entera de documentarse -Haití- ¿Dónde vamos a atacar un problema? ¿En las ramas, que son los haitianos que están aquí? La comunidad internacional debe identificar ese problema y atacándolo en su raíz que es Haití. ¿Qué le cuesta a la comunidad internacional montar un aparato de registro civil que funcione?”.

El Plan Nacional de Regularización, por el simple hecho de estar abierto, aunque sea un solo ciudadano que se regularice, es un éxito”.

El país en la cima de la región

Los aeropuertos dominicanos movilizan un aproximado de 11 millones de pasajeros por año, una cifra que no la supera ningún país del Caribe y Centroamérica. “La movilización de pasajeros que tenemos desde y hacia República Dominicana es impresionante… Obviamente, somos una potencia turística en la región, con casi 5 millones de turistas por año; manejamos más de 730 vuelos semanales. Es una situación que nos coloca como principal puente aéreo de la región”.


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