EE.UU.- La deuda soberana estadounidense ha superado por primera vez los 14 billones de dólares.
El Congreso tendrá que elevar el límite legal de endeudamiento o reducir el gasto público para respetar el tope legal establecido. De cualquier forma, los legisladores del Capitolio encaran una dura batalla.
Ese nivel de endeudamiento representa una factura de 45.300 dólares para cada uno de los habitantes del país.
Ambas partes han comenzado a culparse por el deterioro de la situación y la posibilidad de mantener ciertas funciones gubernamentales y evitar el impago de las obligaciones crediticias internacionales.
Los proyectos de ley para incrementar el tope de la deuda figuran entre los más impopulares que encara el Congreso, aunque hasta ahora acababan siendo indefectiblemente aprobados.
Empero, esta vez podría ser diferente pese a los indicios de que la retórica partidista amainó tras la matanza de Arizona.
El secretario del Tesoro Timothy Geithner dijo que no aprobar el incremento del límite de endeudamiento sería "una catástrofe" que podría rivalizar la crisis financiera del 2008-2009.
Los legisladores republicanos, animados por su victoria en los comicios de noviembre, sostienen esos resultados que el público recela del gran gobierno y el déficit presupuestario, y que ha llegado el momento de acabar con el continuado endeudamiento.
Derrotar un mayor endeudamiento es una de las prioridades del movimiento ultraderechista Tea Party y otros grupos conservadores.
Hasta ahora, la nueva mayoría republicana ha demostrado estar dispuesta a reducir este año 100.000 millones de dólares del presupuesto nacional. Aprobaron el cambio de normas patrocinadas por el presidente de la Cámara de Representantes John Boehner que facilitaría impedir el aumento del tope de endeudamiento.
En los dos años de presidencia de Barak Obama la deuda nacional casi se duplicó.
Prácticamente la mitad de la deuda soberana desde la presidencia de George Washington fue acumulada en los últimos seis años, pasando de 7,6 billones en enero del 2005 al comenzar el presidente George W. Bush su segundo mandato a 10,6 billones el día que llegó a la Casa Blanca Obama y a 14,02 millones en la actualidad.
El Congreso tendrá que elevar el límite legal de endeudamiento o reducir el gasto público para respetar el tope legal establecido. De cualquier forma, los legisladores del Capitolio encaran una dura batalla.
Ese nivel de endeudamiento representa una factura de 45.300 dólares para cada uno de los habitantes del país.
Ambas partes han comenzado a culparse por el deterioro de la situación y la posibilidad de mantener ciertas funciones gubernamentales y evitar el impago de las obligaciones crediticias internacionales.
Los proyectos de ley para incrementar el tope de la deuda figuran entre los más impopulares que encara el Congreso, aunque hasta ahora acababan siendo indefectiblemente aprobados.
Empero, esta vez podría ser diferente pese a los indicios de que la retórica partidista amainó tras la matanza de Arizona.
El secretario del Tesoro Timothy Geithner dijo que no aprobar el incremento del límite de endeudamiento sería "una catástrofe" que podría rivalizar la crisis financiera del 2008-2009.
Los legisladores republicanos, animados por su victoria en los comicios de noviembre, sostienen esos resultados que el público recela del gran gobierno y el déficit presupuestario, y que ha llegado el momento de acabar con el continuado endeudamiento.
Derrotar un mayor endeudamiento es una de las prioridades del movimiento ultraderechista Tea Party y otros grupos conservadores.
Hasta ahora, la nueva mayoría republicana ha demostrado estar dispuesta a reducir este año 100.000 millones de dólares del presupuesto nacional. Aprobaron el cambio de normas patrocinadas por el presidente de la Cámara de Representantes John Boehner que facilitaría impedir el aumento del tope de endeudamiento.
En los dos años de presidencia de Barak Obama la deuda nacional casi se duplicó.
Prácticamente la mitad de la deuda soberana desde la presidencia de George Washington fue acumulada en los últimos seis años, pasando de 7,6 billones en enero del 2005 al comenzar el presidente George W. Bush su segundo mandato a 10,6 billones el día que llegó a la Casa Blanca Obama y a 14,02 millones en la actualidad.