Articulo
Por cesar Gutiérrez
Esperanza.- Historia mente, conocemos como un asunto de cumplimiento, honradez o buena conducta la condición de persona de “vergüenza”, que nos impregnaron nuestros antecesores.
Cuanto ha cambiado mi percepción al pasar del tiempo y ver
tantos sin vergüenzas haciendo uso de los medios de comunicación, sin ningún
tipo de pudor, llenos de ridículas
desentonados de la realidad cuya
bochornosa actitud, me da l vergüenza ajena ya que a estos, nada les importa,
si no su interés de alcanzar empresas que ya tuvieron en las manos y que el
pueblo en su momento deploro, por las constantes perturbaciones que le
ocasionaron a la sociedad dominicana y por la forma descarada y vil de sus
actuaciones.
Pero la vergüenza va mas allá de lo que se pensaba empírica
mente, es el sentimiento de culpa cuando se ha cometido un hecho bochornoso o
mal interpretado, es haber sido sorprendido en actos de inmoralidad, deslealtad
y falto de escrúpulos, pudor o prudencia.
La vergüenza ajena se aplica a la persona que representando
a uno, habla u obra con atrevimiento, sin vergüenza ni respeto, descarado, desvergonzado, con habilidad para
engañar.
También se aplica a la persona que comete actos de
delincuencia en beneficio propio, generalmente estafas o robos.
A diario recuerdo como mis padres nos decían, mis hijos
hagan las cosas con vergüenza, tratando de describirla como un asunto de moral
anticipada o de cumplimiento a la calidad de las cosas que hacíamos.
Los sin vergüenza
Existen seres que aunque sean descubiertos en cualesquiera
de las condiciones descritas en este articulo, esto no es suficiente para
frenar sus anti valores y recurren a la maledicencia, la intriga y la maldad,
con una mediocridad rapante en aras de confundir con sus diarias barbaridades.
Estos son los que llamo sinvergüenzas.
Usted le puede demostrar que mienten descaradamente, que sus
objetivos son desproporcionados, sus enfoques equivocados, su lastre mayor que
los que acusan y que va, actúan como la
manguera vieja, que por más que le tapen los piches por otro lado explota o
liquea.
Una cosa es que no
juzguemos a los demás por su comportamiento y otra cosa es que no nos invada el
bochorno cuando vemos determinados espectáculos de nuestra clase, que por política, hacen el ridículo a diario, tratando
de coger de tontos a los oyentes o tele videntes por poner un ejemplo.
Al tratarse de colegas que se presentan como representantes
de causas populares, de problemáticas sociales y son reconocidos como gente que
trabaja a favor de la comunidad, al conocer por las experiencias y conocimiento
de causas, al haber tenido la oportunidad, de participar junto a la mayoría de
ellos en causas comunes de pasados resientes, a las que renuncie luego de
haberlas combatido en el seno de los órganos que la sustentaban, debo decir que
siento vergüenza ajena, al ver que estos fariseos, sin ningún merito personal
ni social, utilizan los medios a favor de causas que dañan al pueblo y que
ellos sirven como gendarmes ya que estos
pone en sus manos la logística necesaria para los costos de los medios
en los que actúan.
Como la moraleja del puerco y el caballo, donde el hombre
rico, luego de comprar un caballo para deleite de la familia y este
entristeció, mando a buscar al mejor
veterinario del pueblo, para pagarle la cura de su caballo, sin saber que un
puerco había sido el artífice de su sanación, al mantener durante tres días, la
estima al caballo, que había entristecido al haber sido trasladado, luego de
comprarle el hombre rico, de un inmenso terreno de yerbas, arboles y ríos, a un
patiecito familiar, diciendo al caballo que eso sería pasajero y que a este le
comprarían tierra, yeguas y demás facilidades, el hombre rico, al ver levantado
su caballo ordeno matar al puerco para celebrar, así estoy seguro que mi
vergüenza ajena terminará cuando sus amos, tal y como lo ha hecho en otras
oportunidades los haga manjar de celebración.